Cuando hoy me animé a crear el museo de la vergüenza no pensé que las vitrinas se llenarían tan rápido. Y es que los postulantes a ser exhibidos en la muestra de la infamia son muchos y pareciera que se multiplican geométricamente (propiedad de los roedores, qué casualidad). La segunda vitrina de la vergüenza es dedicada a una congresista chata de mente y argumentos. Mientras el poder judicial liberaba a un peligrosísimo delincuente la congresista Karina Beteta, de las filas del partido nacionalista y elegida por Huánuco, acompañada por la indescriptible Lourdes Alcorta (que está postulando seriamente a otro lugar de honor en el museo) decidió entregarle un reconocimiento a nombre del congreso y la comisión que preside, a Magaly Medina.
El argumento es: mujer provinciana, triunfadora y adalid (¿?!¡) de la libertad de prensa. La delincuente Medina (ojo, no es calumnia, la "popular" presentadora de televisión ha sido condenada por el delito de difamación, entonces es delincuente con todas sus letras) coronada con una vincha amazónica no cabía en sí de gozo. Total, acaba de demostrar que el delito en el Perú no sólo sí paga, sino que es reconocido como mérito.
La congresista Beteta pertenece a ese grupo de parlamentarios cuyas hojas de vida apenas alcanzan unos cuantos miserables párrafos. Se hizo conocida por su relación familiar y comercial con un narcotraficante condenado. ¿Cómo llegó a ser presidenta de una comisión parlamentaria?, misterios del mediocre juego del ajedrez político peruano.
Venga pues, bienvenida al Museo Virtual de la Vergüenza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario