Hace poco, como buen consumidor consumista, decidí comprarme un televisor nuevo. Mientras vendedores se despeinaban para afirmar las ventajas y desventajas del LCD frenta al Plasma, una voz realista vino a crearme un tremendo desconcierto. Resulta que así como existían dos formas de transmision analógica, el NSTC y el PAL, qua hacía que un cassete VHS grabado en Argentina o Cuba no pudiera verse en nuestro país, en la televisión digital también hay varios formatos. El Perú aún no decide cual va a elegir, pero parece que las tendencias se van decantando hacia el sistema japonés - brasilero.
Pero al margen de estas consideraciones tediosas, lo que se pregunta ahora es ¿qué nuevas exclusiones va a crear este futuro e ineludible "apagón analógico"?. Cuando todas las televisoras del mundo, incluyendo las nuestras, dejen de transmitir la señal analógica habitual, miles de hogares que no cuenten con un televisor digital (que este equipado con ese modelo de transmisión o un decodificador) se quedarán en el limbo y su pantalla sólo transmitirá los fantasmas de la "guerra de hormigas" que a decir de un amigo es el mejor programa de televisión.
¿Qué pasará con las zonas rurales, las televisoras no comerciales, las productoras independientes y los usuarios de nuestro país? Esta interrogante aún no ha provocado la discusión que amerita. Lo cierto es que los que nunca perderán, seguirán ganando. ¡Albricias! gritarán los Delgado Párker y los Ivcher.
Aquí les dejo un muy interesante vídeo realizado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (siempre creativa, a pesar de Cipriani) que tomé del blog más referente de nuestro medio: http://utero.pe/ .
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