He pensado siempre que un museo no debe ser un mausoleo. La imagen de un antro oscuro, sin aire, donde un una pila de cosas viejas languidece en medio del polvo y la inmovilidad corresponde a una idea premoderna de lo que debe ser un museo. Considero que esta institución debe ser un lugar donde todos encuentren la posibilidad de acercarse a lo que otras personas hicieron y hacen, donde se puedan tocar los objetos y donde la actitud crítica siempre esté presente. Esta fue la primera intención a la hora de hacer mis museos, el de la Vergüenza producto de la indignación, para que se pueda tocar y manosear las suciedades que producimos en casa y no dejar pasar as indignidades que algunos personajillos produicen en nuestro medio. El de la Dignidad, producto de una actitud maravillada ante los que sacan fuerzas de flaqueza y a pesar de todo siguen porque creen en los cambios, donde podamos acercarnos a ellos y cultivar las esperanzas.
Esta vitrina nueva del Museo Virtual de la Dignidad se la dedico a Eduardo Blume. Alguna vez un perspicaz personaje de la televisión dijo que para ser maricón en el Perú habia que ser muy macho. Eddie demostró no sólo una valentía inmensa sino una actitud comprometida y sin disimulo con los más excluidos, con los que peor la pasan en nuestro medio. Su decidida participación en diversas organizaciones de lucha contra el SIDA y de apoyo a los contagiados por este terrible mal, acompañada por una militante posición de defensa de los derechos humanos de todos (incluso de aquellos que le dedicaron los peores ataques), es ejemplar en nuestro país. La nación entera tiene una deuda muy grande con Blume que sólo podrá ser saldada con acciones claras por los derechos humanos.
Están siempre abiertas las puertas del museo no sólo para visitarlo, sino también para proponer nuevas vitrinas, tanto de la vergüenza como de la dignidad de nuestro país. Espero sus sugerencias.
Siempre por la dignidad.
ResponderEliminarMucha suerte con tu blog y saludos desde España.