La televisión es una parte ineludible en el análisis contemporáneo. Desde que se convirtió en un medio masivo de comunicaciones, su participación en la política y en la gobernabilidad es importante. Aquí tenemos dos ejemplos que tienen que ver con setiembre, con la televisión y con la democracia en América Latina. El primero es un interesante reportaje de la televisión chilena que nos dice qué es lo que los espectadores miraban en el aparato de televisión mientras el Palacio de la Moneda era bombardeado inclementemente por los militares golpistas y cómo el control de las televisoras fue una de las primeras acciones que tomó esa junta militar corrupta y asesina. Casi 30 años después, en Perú se sufría las perversas ansias reeleccionistas de Fujimori que en realidad era el enquistamiento de una mafia relacionada con el narcotráfico y la venta de armas. Las televisoras, ahorcadas por el gobierno con la amenaza de cierre o cobros de deudas impositivias, lograron evadir el férreo control y emitieron un vídeo en el cual, el poder detrás del trono, Vladimiro Montesinos, entregaba una suma de dólares a un congresista recientemente elegido por otro partido para que se pasara a las filas del partido gobiernista. El escándalo terminó precipitando el régimen. Fujimori escapó vergonzosamente del Perú, Montesinos fue finalmente capturado en Venezuela y eso.... es otra historia.
Profesor, si los medios de comunicación masivos como la TV, Radio, fueran realmente democráticos en nuestro país,la realidad socioeconómica sería otra. Sería otra, porque nuestros dirigentes máximos captarían nuestras demandas, conocería a cabalidad nuestra realidad.
ResponderEliminarLos tiempos de la televisión peruana en nuestros días es igual a los del tiempo de Pinochet.
Jamás he afirmado lo contrario Yony, tampoco que los medios de comunicación como TV o radio o periódicos sean realmente democràticos, pero en el caso de Perú en el año 2000, gracias a la televisión se pudo traer abajo el régimen del dictador Fujimori. O crees que sin el videito de Montesisnos coimeando a Kouri las cosas habrian sido igual?
ResponderEliminarEnorme poder el de los medios, grandes empresas que mueven mucho dinero y que tienen su público y su clientela, sus medios de financiación u sus políticos afines.
ResponderEliminarComparto contigo, amigo Jorge, que la televisión ayudó a desenmascarar al señor Montesinos y a su jefe "el chino", como popularmente le llamaban; pero también es verdad, y esto es algo que estamos viendo en España, con más de tres décadas de democracia, que ciertos medios se valen de la libertade de expresión para enviar mensajes poco democráticos, tapar corrupciones,insultar, levantar bulos y calumnias... es decir no servir en absoluto a la verdad sino a ocultos e inconfesables intereses de ciertos grupos desestabilizadores o contrarios al gobierno de turno.
No creo, en todo caso, que la televisión peruana de hoy pueda equipararse a la de una dictadura como la de Pinochet, como afirma el comentarista.
Un saludo.
¿Qué quiere decir medios democráticos? ¿Cómo sabemos que un medio es democrático y que no resconde a intereses ocultos? Son preguntas difíciles de responder incluso en países formalmente democráticos, como demuestra el caso de Italia. ¿Hasta qué punto podemos hablar de democracia si el poder controla los medios? Creo que es el poder económico, a través de la publicidad, el que controla los medios, por lo que la libertad de expresión, por desgracia, tiene como techo los intereses de ese poder. Un debate que nos daría para cientos de post y comentarios.
ResponderEliminarEse episodio fue "histórico", un canal del cable fue lo suficientemente valiente (en plena dictadura) para mostrar un video que se trajo abajo un régimen autoritario. Fue el único canal de TV, que transmitía en directo las paralizaciones en provincias (recuerdo su participación en el arequipazo) los peruanos le debemos mucho a ese "caNal", lo malo es que se transmite por cable.
ResponderEliminarEstimado Cayetano, si usted viera el manejo que hace nuestro gobierno del canal de televisión nacional, incluso de la radio nacional, medios que subsisten gracias a nuestro dinero, concordaría conmigo que no existe distancia alguna entre los tiempos de Pinochet con los de hoy en día.
Hildebrantd decia que nos falta la capacidad de indignarnos, y creo yo, que los peruanos sabemos cómo se manejan los medios, y nosotros los aceptamos sin pestañear; eso no nos indigna. Eso se está remediando gracias a los blogs. Menos mal que la "ley mordaza" no prosperó.
Si nuestro medios fueran democráticos e imparciales, Hildrebrantd continuaría con su programa en un canal de señal abierta.