Giddens y Sartori comparten la idea que el ser humano actual es un Homo Videns, el cual, a diferencia del simple y casi cavernario Sapiens, es un imagófago, es decir, un primate que VE y DEVORA imágenes. Sin embargo creo que a esta definición le falta un elemento principalísimo y es que cada vez más, el apetito intelectual humano exige que estas imágenes se muevan, cada vez es más intolerante hacia lo estático y para poder creer en algo tiene que ver la filmación correspondiente porque sino la noticia dejara de ser impactante. Es tan fuerte esta tendencia que el área de dramatización de noticias que no se pueden accompañar de imágenes en movimiento. En esta tendencia también se inscribe la importancia que tiene hoy el cine y éste ya casi no se puede construir sin recurrir a los trucos. Sabemos que, para conmovernos en nuestro gusto cada vez mas exigente, los productores cinematográficos tienen que recurrir cada vez más a tecnología a su vez cada vez más sofisticada para que el engaño sea efectivo. Aquí les dejo un interesante y breve vídeo que resume 100 años de trucos cinematográficos.
Muy interesante el vídeo. Hace un repaso por la historia de los efectos especiales en el cine.
ResponderEliminarDos consideraciones:
Primera: me gustan los efectos antiguos, King Kong original, Jasón y los Argonautas, con los esqueletos vivientes, etc. Tienen gracia, ingenio, la ternura de los cuentos infantiles y están muy bien hechos para la tecnología de entonces.
Segundo: lo que no está en la imagen no existe. En el mundo actual, mucha gente sólo cree en lo que ve, aunque le engañen. Gran poder el de los medios visuales. Algo a considerar.
Un saludo.