Confieso que las mega producciones de Cameron no me convocan mucho. Particularmente considero a "Titanic" como la película más bodrio de los últimos tiempos. Sin embargo, el hecho de que un perspicaz periodista relacionara este filme con nuestra dolorosa realidad presente rebautizándola como "Baguatar" me llamó la atención y a pesar de algunas criticas destructivas de algunos conocedores, la especté y sin decepción. Es cierto que cae en algunos lugares comunes hollywoodescos, el tratamiento de batallas y violencia no sale de los parámetros de otras producciones norteamericanas y el guión, creo yo, daba para mucho más. Sin embargo sería mezquino no reconocer a esta película como una verdadera obra maestra del cine contemporáneo.
Al margen de sus méritos técnicos (que son muchos), quiero detenerme un poco en la idea que gira alrededor de toda la trama y es la otredad. Unos seres magníficos, en un mundo que es precioso, pero no paradisíaco (gran mérito de los realizadores), que tienen una relación con la naturaleza lejos de las edulcoradas posturas New Age y cuyo único defecto es la de vivir sobre un yacimiento de un elemento que es ambiciado por los humanos, se enfrentan contra la violencia, la intolerancia, el desconocimiento y el prejuicio; sobre todo de las mentes militaristas y el excesivo pragmatismo de los inversionistas.
Resulta interesante que el protagonista sea a su vez un "otro" al ser un soldado inválido, pero que por definición está "vacío", es decir, se convierte en un recipiente de aprendizaje de los Na´vi y termina convirtiéndose en parte de los que supuestamente tenía que espiar, en contraposición de los científicos que no eran recipientes vacíos y más bien son elementos prejuiciosos que desean imponer una verdad que consideran la única válida y por ende la mejor.
En este contexto, relacionar nuestra Bagua y sus perversidades con Ávatar resultaba casi automático. Esta maravillosa película es recomendable desde todo punto de vista, conmueve y emociona, pero también nos da pábulo a reflexionar sobre las realidades que nos inundan y que nos destrozan como nación.
No la he visto y tendré que verla para poder opinar, pero críticos y amigos solventes me trasladan sus impresiones y, temática aparte, coinciden en que la película es básicamente un espectáculo y poco más.
ResponderEliminarTu punto de vista añade otros matices interesantes. Habrá que ir al cine.
Un saludo.