La dulce canción de Ana Laan

Una frase manoseada y teñida de machismo pretende que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Ana Laan demuestra que la gran mujer no tiene que esta detrás de ningún hombre, sino quizá a su lado y cuando y cuanto ella quiera. La presencia de su ex-esposo, el ganador del premio Oscar de la Academia de Artes Cinematográficas de los E.E.U.U., Jorge Drexler, de alguna manera impidió en su memento que esta cantautora fuera más conocida. Sin embargo, a fuerza de trabajo y arte no solo está labrándose un camino en la tortuosa vía de la musica con sentido, sino que lo está haciendo de manera magistral.
Ana Laan es una mujer producto de una época de globalizaciones inesperadas. Hija de sueca con español, ha transcurrido su vida entre los Estados Unidos, España y Suecia, amén de sendas residencias en América Latina acompañando a su pareja sentimental de ese tiempo, el uruguayo Drexler. Su canto tiene raíces en todos sus orígenes e identidades. Es mágica cuando usa el "sampler", un aparatejo de complicada tecnología y difícil manejo. Le permite, por ejemplo, hacer un coro y grabarlo mientras lo va incorporando a la interpretación que a su vez también la va grabando y sumando en una acuarela de voces, instrumentos, coros, y segundas voces, lo que produce al final, una maravillosa pintura musical donde solo y únicamente Ana Laan es la portadora del pincel.

Los invito a ver este pequeño vídeo, grabado hace algún tiempo por la televisión española, donde muestra su calidad de voz, su maestría en el uso del sampler y una mágica poesía en la letra de una de las canciones de su más reciente CD.