Aclaro, este blog es y será antitaurino. La morbosidad que se encuentra en un ritual de muerte y estolidez como las corridas de toros es algo que rechazo de plano. Sin embargo, los toros, esos impresionantes animales, juegan un papel protagónico en la construcción de la identidad cultural de Arequipa. Y es que en mi ciudad, desde hace nadie sabe con certeza cuándo, las gentes del campo, amén de una presencia muy grande de personas urbanas, se reunen en grandes cosos cercados para apreciar, emocionarse y apostar en sendas peleas de toros. La cosa no puede ser más sencilla. Se encuentran dos astados inmensos (producto de una serie de cruces y manipulaciones genéticas) en el centro del coso. A su lado sólo están los jueces y los dueños que se dedican a acicatear a su animal para que tome la inciciativa. Ya que los toros son usualmente animales pacíficos y mansos como un pan, se les estimula con el olor de una vaca casadera y atractiva, la cual es pasada por los morros de los astados que se deciden a luchar por la conquista y territorio. Los encuentros suelen ser rápidos, estrellan sus cabezas con furia, bufan sordamente y se miran con ojos fieros. Luego de unos cuantos golpes, que más bien son empujones con la cabeza, uno de los ejemplares decide que le dolió y que es mejor un aquí corrio jaquecoso que un aquí quedo ídem. La huida del toro es rápida y nada vergonzosa, ya que el dueño del toro que escapa, generalmente termina en densas discusiones con jueces, otros dueños y espectadores que se resuelven con unas cervezas y algunos abrazos. Los astados no se ocasionan heridas, no hay sangre, no hay un imbécil vestido con trajecito de luces que asesina a los animales. Los toros, que usualmente pelean en su vida cotidiana por el amor de una vaca en edad de merecer o por territorios de jugosas matas de alfalfa, en este caso lo hacen con una ritualidad alegre y el amor poco disimulado que los dueños expresan por sus animales. Es una costumbre algo bizarra que, hasta donde sabemos, se practica sólo en Arequipa, en algún escondido municipio japonés y en la calcinantes arenas de los Emiratos Árabes. Aquí algunas fotos de la fiesta referida y un pequeño vídeo con una corta pelea para que se tenga idea de lo que hablamos.
Breve vídeo de una pelea realizada en el distrito de Sabandía en Arequipa. Noten el último minuto y la fuga del toro perdedor
A pesar de ser español soy un ferviente antitaurino, lo que me lleva a más de un desencuentro con familiares aficionados a la salvajada nacional.
ResponderEliminarSaludos.
Profesor, como que la identidad arequipeña no se expresa en los nombres que reciben los toros de pelea. Les ponen unoooos noooombreeeess...
ResponderEliminarGracias Jorge, recién me entero de esta interesante tradición arequipeña.
ResponderEliminarMuy interesante. Pero déjame aclararte que si se ve sangre en la cancha de toros. Si bien es cierto los toros se hacen pequeñas eridas en la cabeza. En las ultimas ocasiones que asistí vi como a los dueños y animadores en dueles a puño cerrado después de una pelea discutida. (fue muy divertido jejeje).
ResponderEliminarBueno la verdad que el toro de pelea debe ser el toro mas manso del mundo. Aun me acuerdo de pequeño montando a “ Cevillano” Astado campeón en sus tiempos, nunca se enfureció contra ningún hombre, pero claro pobre del toro que invadiera su territorio o posase su mirada en sus doncellas (que machistas los toros verdad jajajaja). Creo que no existe otro toro en el mundo más dócil que el atleta toro arequipeño (es un gran atleta entrena rigurosamente y a diario), que descarga su viril agresividad en el combate.
Atentamente
Jorge
Mil gracias por los comentarios. Arturo, cuando vengas a Arequipa encontraremos la manera de que aprecies este interesante pasatiempo arequipeño. Lo de los nombres es absolutamente correcto, pueden ser maravillosamente tiernos. Lo de la mansedumbre de los toros es proverbial, yo recuerdo a los toros de mi abuelo patando plácidos y espantando la nube de moscas y chiquillos que nos trepábamos encima. Había uno que era especialmente fiero en la cancha y manso en el campo. La sangre de los dueños es también comun en los ruedos y es la unica que mancha la arena
ResponderEliminarooooooooo, este blog me ayudo en tarea, jejejejjeje.
ResponderEliminarLa raza del todo de lidia no existía. Fue creada exclusivamente para ese fin, y su ciclo de vida termina en la plaza. Me gustaría felicitar a los antitaurinos si es que algún dia logran prohibir las corridas (cosa que veo improbable) por contribuir a la desparicion de una raza. Los criadores ya no tendrían motivo para mantener la raza, asi que los ejemplares existentes se sacrificarían para carne y listo. Adios raza del toro de lidia.
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