En estos tiempos de infamia, cuando ex-dictadores pretenden alegar inocencia y cuando nos enteramos que en tiempos de crisis los ricos no sufren mella; resulta pertinente y oportuno recordar que hay sangre que no fue derramada en vano. Víctor Jara murió asesinado por una dictadura que vio en sus canciones demasiada libertad y amor, grandes temas que causan siempre profundas e incurables urticarias a facistas y dictadores de toda laya. Pretendieron acusarlo de terrorista, quisieron poner en duda su patriotismo, le rompieron las manos y quebraron sus dedos para que no siguiera cantándole a su pueblo. Pero los dictadores siempre yerran al pensar que el sentimiento se puede matar. Jara está siempre vivo. Esta es una de las canciones que influyó de manera decisiva en la conformación de la nueva canción en el mundo musical. La ternura y la fuerza de la letra son impresionantes. Este vídeo en vivo demuestra no sólo las dotes artísticas de este chileno gigante, demuestra también su fuerza moral.
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