Era una época difícil. El Perú sufría del "sinceramiento económico" que en realidad fue una sucesión de subas bruscas de los precios y la consiguiente caída del poder adquisitivo de las personas. Además, se percibía un terrible desánimo social y la sensación de que estábamos perdiendo la guerra contra el autoritarismo de Fujimori y contra la propuesta violentista y alucinada de las huestes de Guzmán. Hacía relativamente poco que había sido asesinada por un comando de Sendero Luminoso María Elena Moyano, heroína de Villa el Salvador. Igualmente, en la retina de millones de peruanos estaban grabadas indeleblemente las escenas terribles del estúpido e inútil atantado de Tarata (después nos enteraríamos que la bomba estaba destinada a otro lugar y que un inesperado accidente mecánico hizo que se destrozara un jirón donde no había ningún objetivo estratégico que justificara la acción).
En Arequipa las cosas no eeran mejores. Vivíamos una terrible y agotadora sequía que nos obligaba a permanecer 8 horas diarias sin fluído eléctrico. A oscuras, ese 12 de setiembre de 1992 nos encontrábamos con unos amigos tratando de jugar un aburrido juego de casino a la tenue luz de velas. Ninguno de nosotros contaba aún con celular y las baterías para el aparato de radio estaban agotadas hacía ya varios días y nadie tenía ánimo de cambiarlas. Un vecino tocó insistentemente a la puerta y entro a los gritos de "¡Capturaron a Gonzalo!". Ese era el seudónimo de guerra de Abimael Guzmán y su sóla mención traía sentimientos de rabia por la impotencia de saberse posible víctima del terror. Corrimos a los coches y buscamos insistentemente alguna casa amiga que estuviera en la zona donde había electricidad. Cuando la hallamos, confirmamos que era posible (ya una vez se dijo que había sido capturado y todo no pasó de un simple rumor sin fundamento) y sentimos que las cosas empezarían a cambiar, que era la noticia que esperábamos todos, que a partir de allí se podría empezar a construir la paz.
Los siguientes días no nos cansábamos de ver las imágenes de un Abimael anciano y pusilánime que hacía todo los que sus captores le pedían. La figura de este terrorista que sus propias huestes trataban de imponer como un ser casi todopoderoso, omnisciente y luchador se diluía ante la imagen de un viejito tinainas, debilucho y enfermo, asustado como cachorro herido detrás de las faldas de las mujeres que lo acompañaban, rodeado de botellas de whisky y cigarrillos importados. El Perú no volvería a ser el mismo. Lo malo es que la buena noticia fue rápidamente aprovechada por el dictador y corrupto Fujimori para sus fines perversos, pero eso ya es otra historia.
3 comentarios:
Aquí pasa algo parecido con los pistoleros de ETA, la banda terrorista que busca la independencia del País Vasco por la violencia y sin contar con lo que quiere la mayoría de los vascos, único grupo terrorista del mundo que pertenece a una región rica y democrática.
Cuando la policía española o francesa captura algún miembro de la banda, pasa de terrorista fiero a delincuente asustado, enseguida confiesa y cuando lleva un tiempo entre rejas empieza a decir que hay que dejar la violencia porque no conduce a nada. Algo así como vuestro Abimael, de héroe guerrillero violento y decidido a débil y vulnerable prisionero pacífico.
Saludos.
Aquél 92 tenía los 32 años recién cumplidos y estaba aún sin saber qué hacer de mi vida. Acababa de regresar a Madrid, tras acabar mis destinos docentes en provincias. Aquél día me acuerdo perfectamente verle "acojonado" ante las órdenes que salían desde fuera de la pantalla de la TV. Ese 92 nuestra ETA había hecho una fuerte ofensiva terrorista contra la EXPO de Sevilla y la Olimpiada de Barcelona. El último gobierno del PSOE de Felipe González, estaba en plena crispación política. Se iniciaba una dura crisis económica y estaba a punto de explotar el caso de los GAL o de guerra sucia contra ETA. Los pisos empezaban a subir y el PP de Aznar llamaba a la puerta electoral. No fueron buenos años para mí, era mi tansición a la edad adulta. Y estaba harto de tanta tramoya del quinto centenario.
Saludos.
Quien lo diria no nos interesaba, cuando vimos las noticias, algo pasaba, algunos vecinos extrañamente desaparecieron hasta ahora, no se sabe de ellos, es lo que mas recuerdo, nosotros nos preguntabamos porque el traje a rayas y por una jaula con en la pelicula "el planeta de los simios" que pasaron algunos mese antes en panamericana.
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