Las terribles noticias que estamos recibiendo, que parecieran extraídas de un manual de surrealismo, otra vez ponen en el tapete la incapacidad que tenemos como nación para hacer que la inclusión sea realmente una posibilidad. Mientras los dirigentes políticos oficialistas salen a cuanta cámara se les pone por delante para hacer altisonantes declaraciones en la búsqueda santa de culpables, la sangre sigue llegando al río. Muchos están estrujándose las manos con placer por la posibilidad de usar esta tragedia con afán y entusiasmo, para denostar a sus enemigos políticos. La ministra del interior, con el gesto descolgado, ha salido a acusar a Toledo de alcohólico, Toledo, desde la comodidad de un lobbie hotelero se despacha declarando que esto no hubiera ocurrido en su gobierno. Nacionalistas acusan al gobierno de incapacidad, el gobierno acusa a los nacionalistas de provocadores. Es decir, de todo y para todos. Sin embargo, los grandes ausentes en todo este estúpido ir y venir de declaraciones son los propios habitantes amazónicos (aparte de Pizango, dibujado como un anticristo moderno) Sin embargo, la verdadera causa de todo este proceso, es decir la malhadada ley de la amazonia, verdadero dechado de anticonstitucionalidad, no ha sido derogada pese a los clamores de varias oganizaciones anunciando lo que se venía. La amazonia desde siempre ha sido condenada a una cruel y racista invisibilidad. En la mente de millones de peruanos, la selva es sólo un lugar verde, lleno de monitos e indios calatos, poblada de mujeres calentonas y donde la barbarie es cosa tan natural como los loros. Esta visión, ignorante y excluyente tiene que cambiar, sino la muerte seguirá reinando en esta parte de nuestro país. En la galeria de Amazon Watch (http://www.amazonwatch.org/newsroom/slideshow_popup_manual.php?image=0&title=Peruvian+police+fire+on+unarmed+indigenous+tribes%27+oil+and+gas+protest&campaign=peru2009protests4) se puede constatar la inmensidad de la tragedia. Igualmente podemos ver las fotografías de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (http://blog.dhperu.org/?p=3555). También les dejo una entrevista que Ocram hace a Carlos Meléndez, especialista en conflictos sociales y que resuta tremendamente aclaratoria.
3 comentarios:
Lo sucedido no puede quedar impune, ni en el olvido. Es realmente indignante la muerte de nuestros compatriotas. Y que el Gobierno dejara sin resolver nada desde Abril, a sabiendas de lo que podía pasar y pasó...
Y sería mucho más terrible, que ahora todo esto, nos parezca "normal".
Extraño, no suprimi ningun comentario, no es politica de este blog. Señorita A, es cierto, la impunidad es un cancer y la normalidad de la violencia implicaria no aprender nada del pasado
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