02 abril, 2010

LOS AVATARES DE UN LOBO DOMESTICADO

Alguien dijo alguna vez, que en América Latina los monumentos deberían ser hechos con ruedas. Los vaivenes políticos se pueden leer también en los desplazamientos de ciertas esculturas y quizá el caso más significativo sea el monumento atribuido a Francisco Pizarro que mudó varias veces su residencia hasta llegar al Parque de la Muralla en Lima. En Arequipa tenemos el caso de la estatua de san Francisco. Originalmente se encontraba en el atrio de la iglesia flanqueado por las figuras de un lobo manso y una garza, correspondientes a la mitología de mansedumbre franciscana. El parque que está frente al templo de la Tercera Orden asumió, en el siglo XX, el nombre de "28 de Febrero" en honor a la revuelta que Sanchez Cerro encabezara y que terminó con el gobierno de Leguía. Casi 40 años más tarde, el parque recuperaría el nombre de san Francisco y el obelisco anterior fue reemplazado por la estatua del santo de Asís, ya sin los animales que lo acompañaban. Junto con el obelisco el parque perdió una atmósfera encantadora dada por una serie de piletas con sapitos de bronce y unas candorosas estatuas de cupidos regordetes y sonrientes. En las caras del pedestal se colocó la archifamosa oración franciscana "Señor... haz de mí un instrumento de tu amor" que fue perdiendo letras con el tiempo. Luego, el parque fue remodelado otra vez y la estatua de Francisco fue a dar al techo de la iglesia, en un ángulo casi imperceptible para el resto del mundo. El parque sufrió otra transformación, se le añadieron esas horrorosas rejas que supuestamente tenían que proteger las bases de los impresionantes contrafuertes de las úricas descargas de los jóvenes parranderos que los fines de semana pululan por los alrededores. La estatua de San Francisco regresó a su emplazamiento original, en una esquina del atrio de la iglesia. Se le volvieron a colocar sus acompañantes, el lobo y la garza; por desgracia ésta última ha desaparecido a pesar de las rejas, sin embargo el lobo aún tiene su actitud obediente y humilde. Aquí les dejo unas tomas realizadas ayer, jueves santo. (Todas las fotografías: Jorge Bedregal La Vera)




San Francisco en su emplazamiento original en una esquina del atrio



El lobo franciscano, con la actitud de bestia domada por el amor, según la mitología del santo italiano



La noche cae sobre la plaza



La plazoleta en pleno jueves santo. Nótese la ausencia de la garza a los pies de san Francisco

Restos de las patas de la garza que junto con el lobo, acompañaban al santo ecologista. (Foto: Verónica García Jarufe)

Escena del interior del templo de san Francisco

1 comentario:

Yarabaya dijo...

umm creo que te equivocas en cuanto al monumento anterior enla plaza se le puso 28 de febrero por la revolucion que ocurrio anterior al 2 de mayo encabezada por el prefecto coronel Mariano Ignacio Prado en ese entonces la de sanchez cerro es posterior