13 septiembre, 2010

LA RENUNCIA DE MARIO VARGAS LLOSA

El malhadado decreto 1097 viene a echar un baldazo de agua sucia y fría a los últimos meses del gobierno aprista. El voluminoso (y cada vez más grueso) gobernante ya no puede disimular la alianza que se viene gestando con el fujimorismo que goza de cada vez mejor salud. Lástima por mi país, que viene acercándose peligrosamente al abismo de la impunidad y al clima de irrespeto a los derechos humanos de los peruanos. Tanto que hemos navegado para terminar ahogados en un fango de corrupción, violencia y miseria empuados por el mismísimo gobierno. Ojalá que las voces suenen lo más fuerte para que este desaguisado no solamente no prospere, sino que sirva de lección para aquellos que aun piensan que la dictadura es la mejor y única forma de gobierno. aquí la carta de renuncia de Vargas Llosa. Léanla y comenten.

Carta de renuncia de Mario Vargas Llosa

3 comentarios:

Yony Amanqui Tacar dijo...

A pesar, que en algunas oportunidades a Vargas Llosa se le paso la mano con algunas opiniones que emitió, (sobre todo antes de la cuestión del Museo de la Memoria) las cuales no me agradaban, con esta carta se pinta de cuerpo entero como un democráta. Estoy seguro, que se va a derogar y todo gracias a este arequipeño.
Hoy más que nunca, sigue vigente la "tradición autoritaria" de de Flores Galindo.
saludos

Cayetano dijo...

Vargas Llosa, gran escritor muy querido y admirado en esta casa, siempre ha tenido fama de conservador o neoliberal, pero en honor a la verdad hay que decir que además es un gran demócrata. Una cosa no quita la otra. Me parece muy oportuna su carta de renuncia. Ya está bien de connivencias con la gentuza aquella que tuvisteis la desgracia de soportar en el gobierno.
Un saludo.

Unknown dijo...

Cayetano: no puedes imaginar lo bien que nos hace a nosotros, los peruanos, opiniones como la tuya, desde España, de amigos que comprenden nuestro azaroso camino hacia una democracia eficiente y perfectible. Gracias!. Y completamente contigo Yony, Vargas Llosa ahora estuvo a la altura de las circunstancias.